LEE KRASNER, EXPRESIONISMO ABSTRACTO
A lo largo de su carrera, ella rechazó por completo el estereotipo dominante de que las mujeres no podían pintar y luchó en el movimiento expresionista abstracto, de selecta masculinidad y heroicas figuras como Pollock. Así mismo, Krasner influyó en otros artistas, incluyendo aquellos de las generaciones futuras, por sus innovaciones estilísticas y artísticas, su ejemplo de persistencia y su triunfo final.
En noviembre de 1941 conoció a Jackson Pollock y sintiéndose inferior a él abandonó la práctica de la pintura y se dedicó en exclusiva a atender las necesidades de Pollock. Fue una época tensa marcada por el alcoholismo del pintor. Los escasos cuadros que pintó Lee en la época reflejan una enorme influencia de su marido, pero con unas formas abstractas más refinadas y geométricas.
Cuando quedó viuda, se liberó progresivamente del influjo de Pollock; abandonó el automatismo y presenta un geometrismo cada vez más acusado.
Lee siempre fue minusvalorada por los críticos, quizá por eso transformó su nombre real Leonore, en el andrógino Lee, incluso llegó a firmar sus cuadros con las iniciales L.K., para proteger su arte de prejuicios misóginos. Solo les interesaba su vínculo con Jackson Pollock, siempre quisieron dar de ella una imagen de mujer interesada, manipuladora y controladora. Harold Rosenberg, el crítico de arte, dijo sobre ella: "A menudo se le atribuye el mérito de haber subido, casi sin ayuda de nadie, los precios de la pintura abstracta americana contemporánea después de la muerte de su marido"
El reconocimiento internacional no le llegó hasta los años 60-70, con la Segunda Ola Feminista, en la que muchas historiadoras del arte y críticas se dedicaron a reivindicar a mujeres del mundo de arte y darlas a conocer como ejemplos de mujeres independientes y creativas.
GAEA (1966)
En esta obra Krasner muestra su permanente interés en la fecundidad de la naturaleza y la sensibilidad alegre que estaban entre sus principales contribuciones a menudo melancólicas, profundamente serias después de la guerra, que resumen las tendencias de sus compañeros. Través de sus pinturas, Krasner trabajó su profunda angustia y enojo tras la muerte de Jackson Pollock. Más tarde, ella dio vuelta a la naturaleza para crear a gran escala, lienzos brillantemente coloreados que muestran la influencia de Henri Matisse y los fauvistas, demostrando otra vez su conexión con el modernismo de principios del siglo XX.
En noviembre de 1941 conoció a Jackson Pollock y sintiéndose inferior a él abandonó la práctica de la pintura y se dedicó en exclusiva a atender las necesidades de Pollock. Fue una época tensa marcada por el alcoholismo del pintor. Los escasos cuadros que pintó Lee en la época reflejan una enorme influencia de su marido, pero con unas formas abstractas más refinadas y geométricas.
Cuando quedó viuda, se liberó progresivamente del influjo de Pollock; abandonó el automatismo y presenta un geometrismo cada vez más acusado.
Lee siempre fue minusvalorada por los críticos, quizá por eso transformó su nombre real Leonore, en el andrógino Lee, incluso llegó a firmar sus cuadros con las iniciales L.K., para proteger su arte de prejuicios misóginos. Solo les interesaba su vínculo con Jackson Pollock, siempre quisieron dar de ella una imagen de mujer interesada, manipuladora y controladora. Harold Rosenberg, el crítico de arte, dijo sobre ella: "A menudo se le atribuye el mérito de haber subido, casi sin ayuda de nadie, los precios de la pintura abstracta americana contemporánea después de la muerte de su marido"
El reconocimiento internacional no le llegó hasta los años 60-70, con la Segunda Ola Feminista, en la que muchas historiadoras del arte y críticas se dedicaron a reivindicar a mujeres del mundo de arte y darlas a conocer como ejemplos de mujeres independientes y creativas.
GAEA (1966)
En esta obra Krasner muestra su permanente interés en la fecundidad de la naturaleza y la sensibilidad alegre que estaban entre sus principales contribuciones a menudo melancólicas, profundamente serias después de la guerra, que resumen las tendencias de sus compañeros. Través de sus pinturas, Krasner trabajó su profunda angustia y enojo tras la muerte de Jackson Pollock. Más tarde, ella dio vuelta a la naturaleza para crear a gran escala, lienzos brillantemente coloreados que muestran la influencia de Henri Matisse y los fauvistas, demostrando otra vez su conexión con el modernismo de principios del siglo XX.
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